LIDERAZGO Y LENGUAJE

El Liderazgo Surge del Lenguaje

Sugerimos dejar de lado las ideas previas sobre lo que significa ser un líder, como la figura carismática o el jefe que da órdenes. En nuestra visión, el liderazgo no es una cualidad inherente y no se debe considerar que los líderes son solo aquellos que poseen esta característica especial. 

Para nosotros, un buen enfoque para comprender el liderazgo radica en reconocerlo a través del lenguaje. El liderazgo es un fenómeno que se crea mediante el lenguaje. Esto ocurre de dos maneras distintas. 

Primero, afirmamos que el liderazgo se manifiesta en el lenguaje, ya que se relaciona con el ámbito de los juicios. Evaluar es algo que los humanos hacen para coordinar acciones con otros. Los juicios no se fundamentan en características externas ya existentes que el lenguaje pueda describir. Son atribuciones que hacemos sobre el comportamiento de alguien, basadas en normas sociales. Estas atribuciones y normas sociales son, en su mayoría, completamente lingüísticas. Somos seres que utilizan el lenguaje. El liderazgo se presenta, en primer lugar, como un juicio que emitimos sobre una persona. Considerado como un juicio, el liderazgo no es algo que existe “allá afuera” y que cualquiera puede señalar y reconocer automáticamente. Podemos afirmar que alguien es o no es un líder, basándonos en la observación de sus actitudes. 

Dado que el liderazgo es un juicio, las personas pueden tener opiniones diferentes sobre él, y esas diferencias se relacionarán con las razones que respaldan cada juicio, los criterios usados para emitirlo y las acciones esperadas en el futuro. Realizamos juicios para orientarnos hacia el futuro donde se anticipan ciertas conductas. Podemos considerar que alguien es un escritor competente en una tarea académica, pero no en el contexto de crear una novela que se publicará.  Lo mismo aplica al juicio de liderazgo. Alguien a quien consideramos un líder en un ámbito específico o en una situación particular puede no ser visto de esa manera en una evaluación a largo plazo. 

 Decimos que el liderazgo es un juicio que realizamos sobre una entidad que actúa. Esta entidad puede ser una persona o un grupo, como una organización, por ejemplo, una empresa, un partido político, una iglesia o cualquier otro tipo de entidad social, como un país. 

 En segundo lugar, el liderazgo no se trata solo de una evaluación, sino que también implica un ámbito de acción por sí mismo. Decimos que alguien es un líder cuando lleva a cabo un tipo específico de acciones, de la misma manera que llamamos carpintero o cirujano a aquellos que realizan determinadas funciones. Cada vez que presenciamos esto, podemos afirmar que el liderazgo está en marcha. No obstante, al cambiar nuestra perspectiva del liderazgo como una cuestión de evaluación al liderazgo como una cuestión de acción, continuamos diciendo que el lenguaje genera liderazgo. Afirmamos esto porque las acciones fundamentales que definen el liderazgo son comunicativas: los líderes se dirigen a las personas que guían. Además, es a través del habla donde se manifiesta el fenómeno del liderazgo. 

 Un líder es una persona que hace ciertas propuestas, solicitudes y promesas. Un líder crea una forma de entender el presente, establece la posibilidad de un futuro distinto y logra generar confianza en los demás. Sin la comunicación, estas acciones no podrían llevarse a cabo.